Historia y memorias de un peatón

Por Peter Pan JP

Sentado en la banqueta te veo, sucio, desaliñado, vestido con harapos a pesar de que no haz vivido más de dos años bisiestos.

¿Quién podría imaginar de lo que eres capaz?

Es probable que nadie llegue a saber lo que harás con tal de salir de ese tedio que te atrapará.

Se dirá que murió envenenado por alguien desconocido, ni sus más cercanos sabrán que fuiste tú el responsable…

En unos años descubrirás tu pasado, tu origen, las mentiras que te envuelven, la causa de tus harapos, de tus lágrimas de hambre, tristeza y rabia, conocerás el nombre del ser que te engendró para pisotearte y dejarte a tu suerte, incluso antes de que tuvieras conciencia.

Yo sé tu futuro, y te miro desde el lado opuesto de la calle, un lugar que no se te ha ocurrido observar, o será que te contemplo desde las sombras, a través de la lluvia que te empapa y te hace pasar frío, esa lluvia que agudiza tu hambre y, a pesar de ser agua, te ensucia. Yo podría explicarte, cruzar la calle y decirte, develarte lo que conocerás dentro de unos años, pero ¿con qué objeto?, ¿a caso eso te ayudará en algo?, ¿evitará que no cometas la atrocidad a la que estás condenado?, supongo que no… sólo queda esperar y no interferir más.

Un día serás grande, respetado, temido, rico, no pasarás hambre, ni frío, serás conocido, admirado, envidiado, y a pesar de todo, recordarás el camino recorrido, cada día, cada hora, cada segundo en el que sufres tu existencia, que vives pisoteado e ignorado, cada una de las veces en las que apartan de ti la mirada con asco, creyéndote inferior únicamente por tu forma de vestir, dormir y vivir, la cual llaman “de la calle”, y pensar que se pasean por ella a diario.

Recordarás cómo esa realidad se transformó de repente, aquel día que despertarás de tu pesadilla, aquel día que el viento llevará hasta ti ese periódico sucio en el que te verás viejo, rico y bien vestido, pero no te engañes, no eres tú.

Descubrirás que eres la copia exacta del responsable de tus días. Tu odio sufrirá una metamorfosis que lo convertirá en planes de venganza.

¿Cómo los llevarás a cabo? No lo se, y de saberlo no te lo diría…

Ahora que ha dejado de llover el frío es más penetrante que nunca y yo permito que sigas en tu pesadilla, y es que ¿qué más puedo hacer? Maldita mi condición, me es imposible acercarme, además ¿qué te diría? Cualquier cosa que pudiera decirte no serviría de nada, no repondría todos estos años de sufrimiento, impotencia, angustia y hambre que has pasado… aunque no hay nadie más que pueda aclararte tu futuro y develarte tu pasado… irónicamente me siento incapaz de decirte, rogar tu perdón para el que lo necesita.

Quién más que yo, un desconocido para ti que, a pesar de serlo, conozco todo de ti, el por qué, el cómo, el cuándo, el dónde y el quién de tu presente. Y cómo no saberlo, yo que te observo, que sufro ver tu condición, que lloro por las noches al recordar tu historia y sabiendo que serás tú quién termine una historia ajena…historias que conozco, historias que me quitan el sueño, que cuando consigo conciliar me asalta con pesadillas, que me recuerdan que soy responsable de tu historia de sufrimiento.

La otra historia me es tan conocida y repugnante como lo es para ti la tuya, una historia que detesto y de la cual me avergüenza decir que soy testigo, y como testigo puedo asegurar que no siempre fue lo que es. Una historia que derivó en algo asqueroso y repugnante, la cual me avergüenza… y todo por algo más: algo más de poder, de respeto, de compañía, a cualquier precio, sin importar a quién o qué tuviera que pisotear, y en qué derivó… me repugna el personaje principal de esa historia cada vez que recuerdo que por su culpa sufres la vida que se te dio…

Ahora, observando el deprimente tedio que dicen tu vida, odio más a ese personaje que con su obra condenó tu historia. No encuentro palabras tales que expresen mi odio, repugnancia, desprecio y… no hay una palabra que lo exprese, que exprese lo que me inspira el personaje de la historia que jodió tu historia, y observándote esta noche lluviosa, recuerdo con más odio y repugnancia que las expresables que la historia de la que soy testigo es mi historia, mi vida que transformó la tuya incluso antes de ser concebido… incluso ante mi mismo me cuesta reconocer que… soy tu padre, y he fallado. Condené tu futuro, en el cual está sacrificar a tu padre… sacrificarme, ojala y eso fuera suficiente para limpiar mi alma…

Una respuesta to “Historia y memorias de un peatón”

  1. ¡Qué historia! Me dejas demasiado que pensar y las ideas sólo no se alinean en orden, sin embargo aún no puedo ayudarlas a hacerlo, mi atención está posada en la conmoción incesante que dejaste en mí.
    ¡Felicidades! (si cabe decirlo) ó mejor dicho: ¡Gracias!

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